Papá por siempre (1 a 0 a Wanchope)

Ortigoza venció (una vez mas y van ...) a Wanchope en su primer partido del año. Fue 1 a 0 con gol de penal de Pucci (si, se queda y paga con goles) en un partido chato en llegadas pero donde la paternidad quedó intacta.

A las 8 era la cita, pero casi ningún jugador ortigozo estaba ahí. Solo el Gato, el Pato (cuanto animal suelto), Anca (debut), Lea y Caneto (volvieron las fotos) estaban en el lugar a la hora acordada. Por el contrario, el equipo rival estaba casi completo, practicamente en la cancha. Con el tiempo, ya en el vestuario, los jugadores ortigozos fueron llegando. Ahí la gran sorpresa: Pucci. Anunciando lo inesperado, que se quedaba en Ortigoza. Esto produjo un cambio de planes en la formación.

A la cancha Ortigoza, con un 4-3-1-2, con la esperada vuelta de Santi Morales al equipo, jugando de clásico enganche, y el debut de Luchi Anca en el lugar de Tomi, que miraba el partido desde afuera por una molestia en el aductor.

El partido comenzó como era de esperarse. Wanchope, con mayor ritmo futbolístico (vienen jugando todos los miércoles desde enero), tomó posesión rápidamente del balón y se hizo cargó del juego. En cambio, Ortigoza atinó a aguantar y salir de contra. Así se planteó casi en su totalidad el match. Y mal no le fue a Ortigo.

Gracias a la sólida defensa (Gato-Juan-Llanir-Rancor), el equipo casi no sufrió llegadas y el Chino prácticamente no uso sus manos en el primer tiempo. Y, en una de las pocas contras claras, Ortigoza lastimaría al rival. Lea encaró a Juan Grandhi y, luego de pasarlo en velocidad, el defensor no tuvo más opción que cometerle penal luego de un claro agarrón. Penal que inmediatamente Pucci tranformaría en el 1 a 0, que sería definitivo.

El segundo tiempo sería de la misma manera. Wanchope tomando la iniciativa y Ortigoza aguantando y saliendo de contra. Así, corrieron los minutos y, a pesar de no atacar demasiado, las situaciones mas claras quedaron del lado ortigozo. Dos mano a mano de Gonzalito (ambos atajados por el arquero) y un tiro de Diego por arriba del travesaño puedieron ampliar el marcador y, sin merecerlo, concluir una inesperada goleada. Wanchope, ya sin ideas, intento los últimos minutos llegar mediante centros que nunca terminarían en el arco ortigozo.

Una vez más, y ya se hace costumbre, el resultado nos favorece. Una vez más, Wanchope se va con las manos vacías. Ya son 7 los clásicos jugados y 5 los ganados (con dos empates)...lo único que resta decir es: Wanchope, te queres matar, los pibes, somos tu PAPÁ.